domingo, 27 de mayo de 2012

EL CABUCHÓN (TANGO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Porque la quise sin grupo, porque la quise a lo otario,

estoy manyando amargura; y ella, se ve que muy bien.

Aunque me di todo entero, sufro paciente el calvario

de irme a Palermo mancado, volcando el codo recién.


Y si pretendo encararla, sin mucho para decirle,

es porque tengo la nana de plantarme pa escuchar.

Quiero que explique sin vueltas, sin chamuyo medio chirle,

de qué está hecha esta mina que goza con fallutear.


Actuaste bien, zaguanera,

mientras planeabas tu ascenso.

Y yo, el opa, el gran mamerto,

te creía un gran fetén.


Berretín a precio de oro

Me costaste, ¡gran fayuta!

Y hasta un barbijo en el zurdo

le encajaste a mi beguén.


Con su pinta, gran señora, ahora gana lo suyo.

Si mistonga de pañales, a un bacán lo va a heredar.

Se acabó, pa usté, el pueblito, el metejón donde el yuyo:

entre sábanas de seda, ahora puede estafar.


Y sin más yo le comento, que aunque me cabe el vengarme,

el facón no está de moda, y tampoco un gran chichón.

No soy bueno pa'l comercio, y ansí pudo usté estafarme:

la creía una joyita; y era rubio cabuchón.


© CLAUDIO MADAIRES (CAGB) De su libro Rante y versante, Letras de tango





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